miércoles, 23 de enero de 2008

"El arte es capaz de restablecer equilibrio en nuestras vidas"

EN MOVIMIENTO. 'NO CREO QUE LA PINTURA SOBREVIVIRA A TODO. PRIORIZO LOS CONTENIDOS Y CREO QUE LA FORMA SE VA ADAPTANDO A ESTOS', DICE KERSTEN.




A FONDO: ANNE KERSTEN: CURADORA DE ARTE

Nada es hoy más dinámico y difuso que los criterios que determinan qué es arte y qué no. Pero algo permanece intacto: su aptitud para despertar reflexiones novedosas que iluminan la vida de una manera original.

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Es nuestra otra naturaleza. A veces hasta la religión verdadera. El arte es venerado y consumido, es provocación y muchas veces frustración. ¿Qué puede hacer el arte con nuestra sensibilidad, qué puede estimular para reformar nuestro modo de relacionarnos con el entorno?

Anne Kersten propone respuestas a estas preguntas. Centra su trabajo en la relación entre el espacio urbano y el rural, así como entre el arte y la ecología. De esto dan cuenta las exposiciones que curó colectivamente Animalcity -Animales en la ciudad, 2006- y Green Dreams (2007) en el Kunstverein Wolfsburg. Es co-curadora del festival de arte y ciencia Phaenomenale. Invitada por el Goethe-Institut visitó Brasil y la Argentina, donde participó también del Laboratorio de Experimentación en Prácticas Artísticas Contemporáneas del Centro Cultural Ricardo Rojas.


Uno de los rasgos de nuestra época es el empobrecimiento de la experiencia y el avance del consumo por sobre todos los planos. En este contexto, ¿qué puede hacer el arte para despertar nuestras sensaciones y experiencias?

El arte puede hacer mucho porque es capaz de "bajar a tierra" todas las zozobras que la vida nos genera. Lo puede hacer en la medida que una y otra vez reflexiona y permite reflexionar sobre las irrupciones de fenómenos como el consumo, por ejemplo, y las marcas que dejan en nosotros. Actuando así, el arte es capaz de reestablecer cierto equilibrio en nuestras vidas. Cuando los visitantes de una exposición tienen real y honda percepción del trabajo artístico, pueden generar reflexiones nuevas sobre hechos particulares y sociales, iluminarlos de una manera original.


El sociólogo Niklas Luhmann concibió al arte como un sistema cerrado que multiplica sus comunicaciones de un modo autónomo al resto de los sistemas sociales. De ser así, ¿cómo el arte podría cumplir funciones políticas y sociales, como usted sugiere?

En lo personal, me preocupo por no actuar exclusivamente dentro de los límites de ese sistema cerrado y de hecho sigo más bien las ideas de otros sociólogos que no piensan el arte como un sistema clausurado. Existen escapes, poros o puertas abiertas en el sistema que permiten un intercambio permanente con el exterior y con el resto de los sistemas.


¿Cómo se refleja eso en sus proyectos?

En el marco de mi trabajo en el Kunstverein Wolfsburg, por ejemplo, actuamos en conjunto con otras instituciones o grupos, muchos de los cuales no tienen nada que ver con el arte. Es que un objetivo clave es acercar un nuevo público al arte.


¿Cómo piensa la relación entre el arte y la tecnología?

Es un tema muy actual que ofrece infinitas posibilidades de exploración. Con mi grupo de trabajo, justamente, creamos un festival de arte y ciencia, Phaenomenale, que tuvo lugar por primera vez en 2007 y del cual soy co-curadora. El festival reúne una institución artística con un museo de ciencias buscando congregar estos dos ámbitos desde niveles diversos (música, arte, workshops). El festival en sí tiene lugar en un emplazamiento industrial, lo que lo vuelve especialmente atractivo y convocante.


En el mundo antiguo, arte y técnica estaban integrados, pertenecían a una misma esfera en la cual el conocimiento ocupaba un lugar central. En la modernidad se diferencian la ciencia y la técnica del arte. ¿Es posible que estas escisiones se superen?

No creo que estas esferas puedan volver a estar completamente unidas, pero sí que las interrelaciones sean cada vez más estrechas. Se observan indicios de esta evolución en determinadas exposiciones en las que la ciencia constituye una base fundamental para mostrar la labor artística.


Usted se encuentra trabajando en la muestra Green Dreams (17.11.07 - 10.02.08 en el Kunstverein Wolfsburg) que aborda, desde el arte, la problemática del medio ambiente. ¿Qué tipo de trabajos organizan una visión artística sobre este tema?

Por un lado, es importante el trabajo de documentación. Por el otro, me interesa mucho cuando los artistas trabajan en forma efectivamente intervencionista, esto es, cuando realmente intervienen sobre el medio ambiente y, más aún, cuando involucran al público.


En su propuesta se tienen en cuenta elementos como la basura. ¿Cómo se juega con la producción de reacciones a partir de conmociones a nuestros sentidos, a partir de un desplazamiento de la belleza -que era dominante en el arte clásico- hacia la repugnancia?

En nuestra muestra, la idea de la basura se presenta en el contexto del movimiento ecologista y de su evolución a lo largo de los últimos 30 años. La idea de la basura tiene que ver con cómo se relaciona el hombre con aquello que produce y que se vuelve un problema que hay que "depositar" en algún lugar. Esa reflexión nos lleva a preguntarnos por nuestra relación con el ambiente y nos ayuda a identificarnos con éste. Buscamos llevar a las personas a la reflexión pero no en forma brutal (en el límite de la repugnancia, por ejemplo), porque creo que hay formas más inteligentes de hacer reflexionar al público.


¿Cómo pensar la relación entre el arte y la naturaleza en nuestra época? Las galerías de arte, los museos se encuentran en las grandes ciudades; en nuestro paisaje predomina el cemento, el hierro, el cristal. ¿Usted cree que el arte puede devolvernos la naturaleza?

No estoy segura de que el arte pueda devolvernos la naturaleza que hemos perdido. Quizá no sea su función. Quizá, como otras disciplinas, lo que puede hacer el arte es ayudar a promover una mayor comprensión de la importancia de gozar y respetar a la naturaleza. No debemos sobreestimar el rol ni las posibilidades del arte en lo que se refiere a esta cuestión. Muestras como Green Dreams, por ejemplo, pueden llamar la atención sobre la naturaleza y sobre "lo que uno era". Incluso, narrar una historia al respecto y, por qué no, iniciar algún cuestionamiento. Es decir que a lo sumo se puede incitar a las personas a que reaccionen y se interroguen sobre esta problemática. No es que tengamos la obligación de conectar la naturaleza y la cultura, porque es cierto que la producción cultural ocurre y seguirá ocurriendo en las ciudades. Pero me interesa recuperar la mirada sobre una imagen cultural de la vida rural, sobre todo en el contexto de las actuales transformaciones demográficas.


¿El arte, entonces, puede ser nostalgia de una vida en la naturaleza?

Es cierto que esa imagen nostálgica es la que parece buscarse constantemente. Se busca presentar lo rural como la última huella de un pasado que se pierde. Sin embargo, esa imagen nostálgica es la que menos me atrae. Intento más bien ofrecer una imagen materialista, una mirada realista de esas transformaciones demográficas de las que hablaba, recrear e incluso crear una imagen nueva de la naturaleza, de lo rural.

¿Cuál es su opinión acerca de los usos y abusos de instalaciones y performances, de estos estilos de convocatoria artística tan usuales en nuestra época y que a veces parecen dar cuenta de criterios estéticos tan ligeros como efímeros?

Instalaciones y perfomances vienen desde los años 60. Es decir que ese estilo goza de una tradición relativamente larga. Hoy más bien se han puesto de moda los proyectos artísticos a través de Internet. Las formas se van transformando. Para ser sincera, no creo en la forma absoluta del arte, ni que la pintura ha de sobrevivir a todo. En materia de arte priorizo los contenidos y creo que la forma se va adaptando a éstos. Pero volvamos sobre Internet: Pensemos en las prácticas artísticas en torno de Second Life; es imposible saber cómo van a evolucionar o por cuánto tiempo más persistirán, pero lo que sí es seguro es que tarde o temprano llegará una forma nueva. En lo personal busco dar cuenta de fenómenos sociales y la forma que elijo es aquella que me brinde el momento.


La relación entre el arte y la publicidad es ambivalente. El mundo de las imágenes parece estar siendo colonizado por el discurso publicitario. ¿Esto hará que el arte de hoy mañana sea utilizado por la publicidad, de modo que el arte se vuelva una mercancía más?

Creo que la publicidad o el comercio implican una amenaza algo difusa, porque ambos implican sistemas de intercambio: me das algo, te pago a cambio. En el arte, no es tan sencillo que funcione este mecanismo de intercambio. Lo que quiero decir es que no veo la amenaza de la publicidad ceñida al arte, sino que creo que la verdadera amenaza consiste en que todos los ámbitos de la vida pasen a sustentarse en este intercambio netamente económico. Por eso le decía que creo en el arte como factor de reequilibrio, como posibilidad de generar espacios de reflexión sobre el mundo que nos toca vivir.

Claudio Martyniuk. Diario Clarin
Traducción: Carla Imbrogno.

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