sábado, 3 de marzo de 2007

Del monitor de la PC al living de casa

Aquí inauguro una nueva sección denominada Sobre PicassoNet.com donde detallo información y novedades del sitio que di origen en el año 2001 y que tantas satisfacciones me trajo.

La siguiente es la primer nota periodística realizada integramente a PicassoNet.com y la cual fué un empujón muy grande para llegar a lo que hoy en día el sitio es.


Por Cecilia Castro para el Diario Clarín del día Domingo 9 de Noviembre de 2003. Sup. Económico.


Un millón cincuenta mil. Esa es la cantidad de sitios que aparece en los buscadores al tipiar "Picasso". El sujeto de tanta veneración digital murió en 1973 ajeno al nuevo mundo de bits y píxeles que se avecinaba y que lo tendría por uno de sus ciudadanos ilustres.

Uno de los sitios que lleva su apellido se gestó en una computadora instalada en el rincón de una habitación adolescente, en Quilmes. Desde allí, Gastón Pezzi (20), maneja los hilos de Picassonet.com, un sitio que exhibe obras de artistas argentinos y extranjeros con potencial pero sin fama. Jóvenes talentosos aunque desconocidos."Quería juntarlos a todos en un sitio", cuenta.

Con esa idea empezó a trabajar hace dos años. Arrancó con el Front Page, un programa casero de diseño Web, que aprendió a usar con el manual en una mano y el teclado en la otra. El primer nombre del portal fue Ciudad Artística.

"Yo estudio abogacía y no tenía ninguna formación artística. Pero tengo amigos profesores de Bellas Artes y me contactaron con pintores de acá, de Quilmes".

Así, los visitó casa por casa con una cámara digital y les sacó fotos de las obras. "Empecé con dos pintores. El acuerdo era que los ponía en la página sin cobrarles pero me tenían que pagar una comisión del 15 por ciento por cada obra vendida".

En un principio fue el marketing directo y a pulmón. "Iba a los concursos de arte y les ofrecía a los ganadores participar en el sitio como parte del premio". La promoción también incluyó el diseño y el reparto de volantes y algunas calcomanías pegadas en los autos de amigos, parientes y conocidos.

"De a poco me fui metiendo más y más en el tema y la gente me empezó a conocer".

Ahora el sitio se llama Picassonet.com para darle un nombre global que permita participar a gente de otros países.

El mes pasado facturó 10.000 dólares y, aunque sigue trabajando en su habitación en la casa de sus padres, este año Pezzi sumó a su emprendimiento a un programador, una diseñadora, una traductora, un decorador, cuatro curadores y hasta un gerente de marketing y relaciones internacionales que controla a la gente que trabaja para el sitio en España, México y los EE.UU.

Hoy el portal tiene cien artistas registrados, treinta y cinco de ellos extranjeros. Los locales pagan $ 100 al año para figurar en el portal y los extranjeros, US$ 100. Las obras se venden a un precio promedio de US$ 500 y el sitio se queda con una comisión del 10%.

El perfil de los compradores es variado: desde gente que sabe de arte hasta decoradores. Fue el caso de un bar temático de Miami, que les compró veinticinco cuadros para ambientar el lugar.

También hay quienes compran con la idea de invertir. Los que buscan hacer una diferencia a largo plazo apuestan al talento de artistas jóvenes aún no consagrados, que tienen tiempo para alcanzar mejores cotizaciones.

Mercedes Fariña, una de las expositoras de Picassonet, ya vendió obras suyas a Fortabat y Costantini, cuenta Pezzi, aunque no por medio de la página, aclara.

Desde que el comprador ve la imagen en el monitor de la PC y hace doble click hasta que la obra cuelga en su living hay que cumplir algunos pasos.

El primero es completar un formulario que llega hasta la habitación de Pezzi. Con los datos en la mano, el webmaster del arte se pone en contacto con él y le informa sobre los costos del envío y el plazo que tardará la obra en llegar. También se ponen de acuerdo en la forma de pago (tarjeta de crédito, pay pal —un sistema de pago por Internet muy usado en los EE.UU. y Europa— o mediante cuentas bancarias).

Cuando el comprador da el OK, desde el sitio llaman al artista, que es quien embala la obra (porque es el que mejor la conoce), y se la envía al comprador. Al recibirla, el cliente tiene siete días para devolverla. "Es una garantía que damos", dice Pezzi.

Con el mouse se pueden comprar desde pinturas y esculturas hasta fotografías, arte digital, grabados, dibujos, objetos, instalaciones y collages.

Con un bar temático y un centro de exposiciones piensan saltar del mundo virtual al real. Ese donde tantos artistas desconocidos sueñan con ser Picasso y con tener un millón cincuenta mil sitios en su honor.

1 comentario:

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